6.26.2010

Sexo + producción

Actualizado al 27 de Junio, después de la pertinente plática con Luchía.

Conforme el tiempo avanza, personajes entran y salen de nuestras vidas. Por ello ahora verán mencionados en estos rumbos a Luchía, leerán seguramente con más frecuencia cosas relacionadas con Genarito y probablemente lean con más frecuencia nombres como Rolo y Lolo, Rosales o Ricky.

Platicando justamente antier con Luchía, nos decía a Bailarín y a mí de un prospecto de romance.La cuestión comenzó siendo sexo puro y rudo. Para la segunda ocasión Desde la primera vez, el tipo se encargó de invitarlo a cenar a su casa, hacerle de cenar, crear el ambiente romántico y la plática interesante para después pasar al sexo. En la tercera segunda ocasión la cita fué en casa de mi amigo, nuevamente con demostración de dotes culinarias, música, vino y charla amena, previo al revolcón. Y ya.

Luchía se quejaba amargamente de que el tipo le había dado alas y que había armado todo el numerito. Entonces le pregunté que prefería: sólo sexo o sexo con producción. Dudó unos segundos y luego contestó "Pues sí, está padre que le dediquen tiempo, pero que no te emocionen". Jajajaja. Resulta entonces que mi amigo es enamoradizo y confundió las cosas. Así como él, a muchos puede no gustarle que "les den alas" pero...cuando buscaste sexo y no hay promesas, a poco no es bonito que el oponente le dedique tiempo? La seducción es un arte que no todos dominan, así que por qué no ejercerlo? De verdad es más bonito dejarse conquistar por el momento. ¿O no? ¿Qué opinan?

6.24.2010

Tolstoiano

El fin de semana fui con Welsh y Gilino al cine (hoy es Gilino, sí). Pretendíamos ver Sex and the City, ellos por segunda vez y yo por primera, pero terminamos encontrándonos con La última estación. Habrán ustedes notado que no comento mucho de cine. De hecho, si hablara de artes en general, este sería un blog dedicado a la crítica de cine, teatro y danza. Sin embargo, las cosas que nos mueven a escribir terminan llegando a nosotros a través de esos medios y héme aquí, revalorando el legado tolstoiano.

Mucho más allá de la dirección impecable, las inmejorables actuaciones y el muy sólido guión, la película captura con gran lucidez las muchas caras de lo que nos da por llamar amor. Y como en este espacio hablamos con frecuencia del mencionado concepto, van pues las palabras.

Primero que nada, la peli me puso a pensar en el tema de las compatibilidades. Las visiones de la vida de Tolstoi y su esposa Sofía eran no sólo divergentes si no irreconciliables.A pesar de eso, se amaban y vivieron juntos hasta el final. Entonces viene la pregunta: de verdad pueden dos personas opuestas en ideales y modos de vida estar unidas por amor? Al parecer la respuesta es sí. Aunque en alguno momento he pensado que sería muy complicado compartir vida con alguien de ideales opuestos a los míos, Sofía y Tolstoi demostraron que no sólo es posible, si no duradero.

La historia de Valentín es, por su parte, la que explica en la práctica la escencia de la filosofía de Tolstoi: el amor es libertad. Siendo Valentín un joven tímido y nervioso, entusiasmado por ser nombrado secretario de Tolstoi y deseoso de aprender de él, aprenderá, justamente, que la vida no se trata de interpretaciones rígidas, si no de pasiones flexibles. Se enamorará de Masha y la libertad de ella terminará por despertar la de él.

En el otro extremo está justamente Chertkov, el gran amigo de Tolstoi, que busca llevar la filosofía tolstoiana a sus últimas consecuencias. Chertkov está comprometido sólo con sus ideales. Ése es su amor y, al creer firmemente en ello, sólo puede ver lo que su interpretación al pie de la letra de la filososofía de Tolstoi le permite. ¿Cuántas personas no hacemos lo mismo? ¿Cuántos nos perdemos en esas ideas compradas, en esos ideales llevados al extremo?

La otra cara del amor que la película toca es la lealtad. Valentín se gana la confianza y la amistad tanto de Tolstoi como de Sofía y eso lo pone en medio de la tormenta de pasiones de sus últimos días juntos. Pero la lealtad es amor a las ideas y la lealtad de Valentín a ambos personajes le permitió mantenerse al lado de ambos personajes hasta el final, sin traicionar la confianza de ninguno. Ya no hay historias de ésas.


Por último, aunque no al final, la película habla de algo que a Tolstoi le quedaba claro: las religiones son sólo diferentes interpretaciones de la misma verdad y todas hablan de un camino para trascender: amar. Amar el cuerpo, amar la vida, amar al otro, amar a las ideas pero siendo libre de ellas, amar y dejarse amar. Tal vez la gran aportación de esta pelicula es, como dice uno de sus productores, que todos estamos representados en ella.

6.18.2010

Todos los rezos

Las palabras son de todos. Sin embargo hay algunas, unas pocas, que se vuelven muy nuestras. Algunas menos se vuelven un código compartido entre un grupo selecto de seres. Y entre éstas palabras compartidas llegó un hombre sabio a mi vida. Sus palabras me han acompañado durante mucho tiempo, muchos pensamientos, muchos viajes. Y hubo, sin que sepa bien como explicarlo, una conexión entre sus palabras y mis miradas, entre mis palabras y lo que él decía. Es extraño, sobre todo tomando en cuenta que nunca lo miré a los ojos, escuché su voz o sentí sus manos. Más extraño aún sería, para quien sea profano en estas lides, saber que haber conocido esta mañana la noticia de su muerte me hizo sentir triste. Fué una tristeza de aquéllas que nos llenan cuando se va alguien conocido, alguien cercano, un compañero de ruta. Pero la tristeza duró poco y la reemplazó una sonrisa, un mirar al cielo, un pensar que, en realidad, nunca se irá. Se queda en sus palabras, en las nuestras, en las que queramos compartir.


Besos de saludo, besos de despedida, besos desesperados, besos parsimoniosos, besos robados, besos perdidos, besos para los que ya no están, besos para los que aún no han llegado, besos al aire, besos del aire, besos arrinconados, besos desenfadados, besos nunca dados, besos fugaces que se vuelven eternos, en fin, todos los besos. 


Seguramente no habrá celebraciones de aquélla religión a la que tanto cuestionabas, pero nuestras palabras llegarán, convertidas en rezos, a ése lugar donde ahora te encuentras.  Tampoco habrá mucho que extrañarte, ya te habías vuelto eterno desde hace tiempo.