Los que siguen este blog (si es que alguien lo hace) sabrá que casi todo el año pasado me dediqué a desarrollar un negocio de mercadeo en redes en Xango. Es mi trabajo, es algo serio y es algo que me apasiona. Siempre me habían gustado las ideas del mercadeo en red, pero nunca había emprendido un negocio con seriedad. Cuando se puso en el camino en el momento correcto, la necesidad hizo el resto. Y comencé a hacerlo con la idea de ganar mucho dinero y de poner en práctica muchas teorías de desarrollo personal. Sin embargo, a seis meses de iniciar el negocio, mi verdadera motivación son el reto de hacer algo diferente y el ayudar a la gente a desarrollarse y cambiar su vida para bien. Exacto, suena muy idealista. Por eso es justamente que lo hago! Porque soy un pinche wey idealista, entonces el trabajo en el que mejor me irá es áquel que me apasione y que represente un reto para el cazador de molinos de viento. Y, cosa curiosa, una vez que entendí eso, llegó la otra oferta de trabajo, la que me da mucha tranquilidad económica en lo que mi negocio de redes crece. Pero más aún: la chamba llegó como la oportunidad de terminar algo inconcluso. No están ustedes para saberlo ni yo para contárselos pero hace años, cuando salí de la Universidad, anhelaba trabajar para DuPont. DuPont fue la segunda empresa para la que apliqué cuando llegué al DF y me bateó bien sabroso cuando ya había casi llegado al final del proceso. Resultó que terminé trabajando para Praxair a quien tantas cosas le agradezco. Peeeero, un año después, me llamaron de DuPont para unas entrevistas. Yo todo emocionado dije que sí, fui a las entrevistas, a los grupos de trabajo en los que detectan a los líderes y todas esas mamadas. A lo largo del proceso, fui detectando que la actitud de entrevistadores y empleados era bastanta prepotente. Era como "esto es DuPont y muchos quisieran estar aquí". Pa' no hacérselas más larga: zas, que me quedo! Pero después de un proceso tan tedioso, de sentirme en medio de un ambiente que no me gustaba, en la última entrevista, el tipo me preguntó
- Y...dado el panorama, qué le ofrecerías a DuPont?
- Yo creo que nada, porque no voy a aceptar su propuesta.
¿A qué viene todo esto? Ya ni me acuerdo..ah sí: a que la otra cosa que traje mucho tiempo metida en la cabeza fue trabajar para una empresa mexicana que fuera una chingona en su área. Claro, ahí estaban Telmex, Cemex y hasta Miguelito. Pero no, la vida me puso aquí, donde estoy hoy, que son de los mejores en lo que hacen (ya les platicaré) y me dió la oportunidad de terminar lo que comencé hace casi cuatro años con ellos y que dejé por una oferta en lo que me ofrecían no era otra cosa más que dinero.
La famosa vista de mi oficina
5 comentarios:
ay, pues yo ya quiero estar en el campo laboral. Esto de la escuela ya me tiene hasta la madre.
Felicidades por tus logros.
¡Hombre! Pues...gracias, por compartir esto. Y en verdad los mejores deseos para que todo te ayude a bien =)
Gracias chicos. Pos más que logros, son gustos.
Eso es lo más chingón amigo, que para ti son gustos, habla mucho de ti.
Y sabes que si por algo te admiro, es por esa maravillosa cualidad que tienes de despojarte de todo y quedar encueradito y libre de lo que para otros es necesario.
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Gracias compadre.
Pues de eso se trata, digo.
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