En estos días de cerdos influyentes, tierras temblorosas y calor, en los que nada más estamos esperando a Godzilla o una nave de ET saliendo de lo que queda del lago de Texococo, prefiero cambiar un poco el mood y hacer un recuento chido.
La vida de todos siempre va acompañada de música, olores, sabores, texturas. Cosas que hacen que un momento sea único para nosotros y que nos definen, nos convierten en lo que somos. Para la mayoría de la gente que conozco, la música es uno de los factores que más marca etapas o momentos de sus vidas. Muchos hablamos del sondtrack de nuestras vidas, de hecho. En mi caso, mi historia podría contarse desde que tenía cinco años hasta el día de hoy hilando canciones. Así es que aquí va la primera parte de mi top ten.
1. Unicornio
Esta canción de Silvio Rodríguez, para los que no les guste la trova, es un himno para muchos seguidores y en mi caso no sólo me define, si no que me ha unido en varias etapas de mi vida a diferentes personas. Si no pregúntenle a Bocas, Kikakito, Peperrín y Sándor.
Para mí, la mejor interpretación es la de Tania en el disco de Alfonsina y el Mar XX años, pero no aparece ese video en TuTubo, así que
este video en vivo hará las veces del otro.
Uff, se me encuera el chino.
2. Los pájaros perdidos
Astor Piazolla era un genio. Su música acompañando la letra de Mario Trejo hacen de este tango una pieza sublime. Conocí Los pájaros perdidos en mi último año de universidad, cuando mi maestra de danza en ese entonces me grabó un casette con música de la León y la Pineda, junto con los sones que tenía que ensayar. Yo ya era fans de la León y la Pineda, pero esta canción casi me arrancó las lágrimas la primera vez que la escuché. Como imaginarán, escuchaba más las canciones que las pistas que tenía que ensayar. Después, la canción se convirtió en un canto de vida que compartí en mi primera relación. Y yo sigo llorando cuando la escucho algunas veces.
Aquí está la canción con la que se ha vuelto (en México y otros países) su intérprete por excelencia: mi adorada Eugenia León.
3. La Bruja
Este son jarocho es la segunda canción que aprendí en mi vida. Tenía alrededor de cinco años cuando ya me sabía la letra, porque mi mamá la enseñaba en su escuela. La letra es al tiempo inocente y pícara, pero la música es mágica, hace que se muevan mis pies. Tuve la oportunidad de ensayarla (y nada más, porque La Bruja sólo la bailan mujeres) y era muy divertido. Los chicos terminamos haciéndolo mejor que las chicas. Si nunca la han visto bailar, DEBEN. Es uno e los musts de la danza folclórica jarocha.
Hay muchas buenas interpretaciones de La Bruja. Lila Downs canta una muy bella, también Susana Harp y Tania, aunque mi favorita es una de Eugenia León, que además ha grabado 297,451 versiones. Claro que no voy a llenar el post con videos de la León, así que les dejo esta virtuosa interpretación de Tlen Huicani y el Ballet Folklórico de la Universidad de Guanajuato.
Éste es mi top 3. En un rato o mañana platicaré del resto del top 10, porque el orden se me cuatrapea (existe de verdad "cuatrapea"?).
Todos los besos.