Una cosa lleva a la otra. En el post anterior hablaba del recuerdo de mi primer cuento y hace unos días mi hermano me envió esto:
Un par de días después, mi hermana me avisó por la noche que mi abuela había muerto. Mi abuela, la mamá de mi papá. La difícil, la hermosa, la cabrona, la indomable, la que crió once hijos casi sola, la fuerte,la libanesa, la oaxaqueña, la incomprendida, la incomprensible, la siempre enigmática Fadua.
Si he dicho en otros espacios que soy árbol de los de cuatro raíces es por que ello me define. Y he aquí que una de mis raíces se ha secado. Aquélla con la que compartí los primeros meses de mi carrera. La que me hacía de comer un kilo de bisteces para que me lo terminara en dos días. La que me inventaba apodos lindos de un día para otro y me los decía enfrente de todos, como si me los hubiera repetido toda la vida. La que amé y odié, admiré y critiqué, pero que nunca me fue indiferente. Ésta raíz se ha secado mucho después de dar frutos, muchos y muy grandes. Y quedará firmemente anclada en tierra. Pero no estamos aquí para hablar de ella, ya habrá calma y tiempo. Y aquí no homenajeamos a los muertos nomás por morirse, se lo ganan desde antes.
Hoy escribo esto como resultado de la carta que arriba puede leerse. Y sí, tratándose de una carta de un hijo a su padre, tiene todo que ver con la muerte de una madre. Tenía nueve años cuando escribí esa carta. No recuerdo ni siquiera el momento. Pocos lo saben, pero recuerdo muy pocas cosas cosas entre los ocho y los nueve años. No se por qué y no me interesa averiguarlo. Pero lo importante es que escribí esa carta y casi suelto una lágrima cuando lo vi en la pantalla de mi computadora.
Mi relación con mi papá ha sido una de ésas de amor/odio digna de una película melodramera. Somos dos caras de la misma moneda, como suele decirse. Hay días que quisiera hacerle una trepanación y sacarle de adentro los miedos, los rencores y la cerrazón. Otros, los más, me da por abrazarlo y sobarle la espalda y otros, unos pocos, me encantaría meterlo en mi corazón y tenerlos guardado, para que nada le haga daño. Mucho de lo que soy no lo aprendí de mi papá, pero TODO lo que soy viene de él y mi madre. Si me pidieran que enunciara un valor que tiene, sin dudar respondería que no conozco y creo que no conoceré a un hombre o una mujer más honesto que mi papá. Con él me unen las palabras, sobre todo las escritas. Es mi fiel lector y siempre doy gracias por ello. Gracias a él conocí también los libros. En nuestras casas podría no haber grandes lujos, pero los libros nunca faltaron. Desde los libros de cuentos hasta mis primeras historias porno, que él dejaba "olvidadas" entre los libros que sabía leía con frecuencia (ufff, pa, nunca voy a dejar de agradecerte eso).
Digo con frecuencia que soy producto de la imaginación colectiva y no puede ser más cierto que en mi relación con mi papá. Él era sólo un adolescente cuando ya me imaginaba. Imaginaba a su primer hijo, un varón. Y lo deseó con tantas fuerzas que en pocos años se convirtió en realidad. Y creo que no puede haber un orgullo más grande para uno que saberse un sueño convertido en realidad.
Hoy mi pá está triste porque su mamá no estará más con él. Cree que pudo haber hecho más por ella o que no hizo todo lo que podía. Todavía no sabe que hizo todo lo que podía. Pero debe saber que el niño que un día imaginó ya es hombre y que está aquí, fuerte y cálido para que se apoye en él, para lo que él necesite.
9 comentarios:
Me pusiste chinito, chinito y apenas son las 9:00 am niño... Que bonito!
Señor:
Sin palabras....U_U
Un fuerte abrazo =)
Gracias chicos. Abrazos
Anda, tenia un comentario muy largo, pero creo que es mejor decirte que es bueno que estés ahí, hay veces que los padres , como los robles en su grandeza necesitan del agua pero jamás la imploran, así ellos requieren de los hijos y muy rara vez lo dicen. un abrazo ambos.
Mi Toño:
Gracias mil. Así es, aquí estamos.
Desde hace días que no encuentro que decirte.
Y sabes que?
Hoy tengo ganas de darle un abrazo.
A ÉL.
2046
Querido Champs:
Justo así debe ser, así funciona.
Gracias
Apenas leo tu entrada Gus. Lo siento. Un abrazo fuerte para ti y mis condolencias para tu familia.
Gracias, Tadeo. Un ciclo que se cierra, nomás.
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