No se bien por donde comenzar esta entrada. Fueron tantas las cosas (internas) que desencadenó este fin de semana en Puebla con mis papás y hermanos, que se arremolinan las ideas en mi cabeza. Mmm, pero creo que lo más importante fue lo siguiente.
El sábado por la noche fui con mi hermano más a fuerza que de ganas a ver This is it, el documental sobre el último concierto que estaba preparando Michael Jackson. Nunca fui gran admirador de Michael Jackson, pero se que para mi hermano era importante y que muy difícilmente alguien de mi familia iría con él a verla, así que accedí sin problemas. El resultado fue brutal.
Soy una persona bastante sensible. Puedo definir a las personas a veces después de convivir con ellas por sólo unos minutos. Y siempre sentí a Michael Jackson como una persona muy frágil, de quienes todos los que podían sacaron ventaja (mientras vivió y después). Pero a pesar de dicha fragilidad, era claro que su pasión por lo que hacía era tan grande, que se transformaba arriba de un escenario, haciendo un disco o componiendo. Y es aquí donde comienza el tema de esta entrada. No pretendo hablar tanto del documental, porque es como cualquier otro documental sobre un proyecto artístico. Lo importante aquí, es lo que este documental te provoca.
Las primeras imágenes nos muestra a varias de las personas que van a la audición, hablando de lo que significa para ellos trabajar con MJ. Hay lágrimas en varias escenas. Lágrimas que en un momento me parecieron actuadas, hasta que vi lo demás. La película no te suelta, es imposible no estar al pendiente de todo lo que aparece en la pantalla. Y para aquellos que nos apasiona la danza, uff, queda claro desde el principio por qué los bailarines de Michael son LOS BAILARINES DE MICHAEL. Sus alcances, su precisión, su pasión, su fuerza, uff. En algún momento el coreógrafo explica que el casting es muy importante, porque los bailarines son una extensión de Michael. Y así funciona. La energía en el escenario es algo que pocas, muy pocas veces he visto. Simplemente no puedes dejar de verlos. Y MJ los guía o los sigue con una calma, un profesionalismo y una pasión, que no cesa. Entonces, por unos instantes, no estoy más sentado en una butaca de cine. Es mayo de 1988 y camino lentamente hacia el centro del escenario del Cine Hidalgo, en Poza Rica, frente a un público de más de 3,000 personas. No puedo verlos, están a mi izquierda, pero los escucho explotar en el aplauso más grande que haya escuchado hasta hoy. Un escalofrío recorre mi espalda de arriba a abajo. Mis piernas están a punto de temblar. Entonces ocurre: una fuerza enorme, una alegría enorme y un sólo pensamiento "esto es lo que hago, cabrones, y lo hago mejor que nadie". Y comienza la danza.
Esa misma fuerza es la que veo en el muchachito de 50 años, casi esquelético, que está arriba del escenario, bailando y cantando. Eso es lo único que lo separa del resto de nosotros. No hay un hombre mayor en ese escenario, es un adolescente, a veces un niño. Mientras no está soñando es un ser más frágil que la mayoría de los seres de este mundo. Pero cuando sueña, cuando hace lo que le apasiona, es capaz de arrancarle a millones de personas todos sus aplausos, todas sus sonrisas, toda su alegría o su nostalgia. Y sus músicos, sus bailarines, su coreógrafo, todo su equipo, vibran en la misma frecuencia. No son las luces, las pantallas gigantes, los efectos especiales. No. Es la energía sumada de personas que AMAN lo que hacen. Es la fuerza que transforma todo.
El documental avanza. Veo a un MJ, gentil, dulce, cálido. "It is with love, ok? L.O.V.E.". Veo su preocupación genuina por la destrucción de los ecosistemas. Veo a un hombre increiblemente amoroso. Puede que me equivoque, pero no creo más que las lágrimas del principio fueron fingidas. Las manos me sudan un poco. Nunca veremos el espectáculo terminado, pero creo que para todos esto que vemos es más que suficiente.
Termina la función y a la salida le agradezco a mi hermano por haberme invitado. Y pregunto:
- ¿Por qué te gusta Michael Jackson?
- Por su música, sus letras y...por lo que representa.
- ¿Y qué representa?
- Un angelito.
Por fuera pienso "Pinche exagerado". Pero una vocecita muy adentro de mi susurra "Te entiendo perfecto, bro. Gracias, muchas gracias."
6 comentarios:
Me viene a la mente una frase. Un versículo: "Por lo demás...todo lo honesto, todo lo puro, todo lo que es de buen nombre, si hay alguna virtud en ello, en esto pensad" Yo añadiría: vive de acuerdo a ello. Y ama de acuerdo a ello. Igual y no viene mucho al caso con lo que escribiste, pero dio pie a esto. En fin, te mando un fuerte abrazo.
justo hoy me invitaron a verla, así que esta será tarde de michael junto con mi primito que amaa bailar sus canciones jaja
Noé:
Creo que viene mucho al caso con lo que escribí.
Carlitos:
Disfrútala, rey. Igual y te conviertes también en fan de MJ.
Yo la vi hoy. Creo que Michael jamás habría dejado que se diera a conocer la mayoría del material que se ve en la película. El mismo Michael reconoce que no está sacando toda la voz porque se está esperando a dar todo en el concierto, pero... la verdad es que hay partes que hasta un poquito mal suena. Lo cierto es que para ser ensayo, lo que se ve, es de muy alta calidad.
Ah, por cierto, vi la versión IMAX. No vale la pena. Es más caro y muchas partes no se ven bien porque el formato con el que fueron grabadas no soporta que se amplíen tanto.
Se me hace que ya te infectaron con nun virus extraño... tu template está saturado con anuncios...
MJ ya me tiene hartoooooo!!!
2046
Jaime:
No me pareció que sonara mal a momentos. Y lo que se ve es brutal, créeme, es el tema de la semana entre todos mis amigos bailarines.
Champy:
Resuelto. ¿Por qué te tiene harto, MJ, amarguetas?
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