Todos hacemos Historia. Grandes o pequeñas, nuestras historias individuales o colectivas crean aquello que llamamos Historia, con mayúscula. Sin embargo, lo que comúnmente se conoce como hacer Historia, esto es, los grandes logros de individuos o grupos de individuos, los que hacen que se hable de ellos en los libros, que se les escriban sonetos, que se hagan películas…estaban en los planes de dichos individuos?
En algunos casos es evidente para los protagonistas, dado el tamaño de la empresa conseguida y sobre todo cuando existe un conocimiento previo de que lo que se hace no lo ha hecho nadie antes. Pero hoy me ocupo de los otros logros, las otras conquistas, aquéllas que sin parecer tan grandes convirtieron al Mundo o a la Humanidad de lo que era en lo que es. ¿Estaban conscientes esos pequeños o grandes héroes, villanos, santos o putas, de que sus actos cambiarían el Mundo? Creo que, en el fondo, sí.
Todo esto viene porque anoche fui con César y unos cuates que nos encontramos a ver Coco avant Chanel. Sin haberme fascinado, me gustó bastante. Sobre todo la actuación de la maravillosa Audrey Tatou, que borra de un plumazo cualquier remembranza que pudiéramos tener de Ameliè y muestra a Gabrielle en toda su complejidad. El resto del elenco está muy bien, la fotografía es buena, pero el ritmo no atrapa, como en el caso de La vie en rose. Lo que sí tiene a su favor es que logra captar de una manera visualmente muy inteligente y sutil como afecta el entorno al proceso creativo.
Mi punto es que, a pesar de todas sus limitaciones, dolores y miedos, Coco siempre tuvo de su lado a la fuerza más poderosa: su fe en sí misma. Los colores serios habían marcado su vida, pero su concepción estética y su ideal de libertad femenina la llevaron a crear el imperio de la moda que admiramos. Creer para ver.
Para cerrar, en la película no se menciona esta frase suya, pero se las dejo: “Vale más vivir sola con gracia y alegría, que vivir acompañada, sintiéndose sola.”
4 comentarios:
Caray, tengo batsantes ganas de ver esa película, sobre todo desde que me enteré de la actuación de Audrey.
Completemente de acuerdo con la frase que cierra la entrada.
Pues láncese a verla, mi niño!
Es tanto el Chaneleo no sólo en este, sino en blogs vecinos, que efectivamente hay que ir a verla.
LA frase!
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