Crónica de otra marcha mojada

Hoy tengo una cita con un cliente a las cinco de la tarde en Zona Rosa, donde todo comienza y termina, como dice Todos los besos.

Son las diez cuarenta y tres y camino de prisa hacia Híbrido. La cita era a las diez cuarenta y no quiero llegar muy tarde. La sensación es rara, voy a disfrazarme para participar en el pride parade, marcha del orgullo o como quiera que le digan. Bien, bien, ya platiqué de eso acá. Sentir una tanga de nuevo también es curioso (la necesitas para usarla debajo de los boxer briefs). Llego a Híbrido tarde, pero antes que todos los demás gogos. Sólo está una de las bailarinas, Sandra (a quien no conocía y de entrada me cae muy bien). Platicamos un poco y comienzan a llegar todos. Ellas, hermosas, ellos, dos trenzas. El coreógrafo llega histérico porque lo detuvieron, ya que olvidó que su coche no circulaba. Nos maquillamos y disfrazamos y salimos a la calle.
Ya subidos en la plataforma, a los pies del ángel que lo ha visto todo, veo el río de personas que comienza en la entrada al Bosque de Chapultepec. No es mi primera marcha, claro que no, pero no deja de impresionarme. Juraría que hoy hay más gente que nunca. Rosalía es como mi apoyo contra aburrimiento de no tener con quien platicar. Se ve hermosa de verdad. Para envidia de las lesbianas y algunos de los bugas de la plataforma, puedo tocarle las bubis a mi antojo.
Después de posar para trescientas setenta y dos fotos se declara inaugurada la marcha. El orador dice algo así como "Comenzamos la trigésimo primera marcha del orgullo lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, intersexual..." y yo me sigo "similares y conexos de la República Mexicana". Tenían más etiquetas, pero no quisieron decirlas para que no sonara muy largo.
Y comienza el carnaval. Papás-hijos-vestidas multicolores-mamados-loquitas-dragas-niños-señores-leathers-pájaras y mariposas (yo el año que viene prometo verme más como el Sporticus de la foto).

El carro de Híbrido es el primero. Tal vez por eso parece que vamos solitos. Tal vez por eso no vemos ninguna otra plataforma a menos de 500 metros. Tal vez de verdad hay mucha gente. Y todo comienza a irse en chinga: nos sacan a la lateral porque la gente de Inseguridad Púbica piensa que la bebida energética que nos patrocina es una cerveza y está prohibido repartirla entre la gente (no dudo que de verdad pensaran eso, hasta ahí dan sus capacidades). Igual y nomás son ganas de jorobar. Después de pasar a la lateral, nos quedamos parados en el cruce de Insurgentes y Reforma alrededor de veinte minutos. Más y más fotos (y no tengo ninguna). Y ahí, entre la gente, se aparece él. Una sonrisa que ilumina el día y unos hermosos ojos cafés que no dejan de mirarme y...no más de 18 años. Él no tiene 18 años, pero también iluminaba el día y lo ponía de colores y...

Estimados periodistas:

Unos señores al nivel de la calle nos piden que les dejemos colocarnos unos sellos. Me piden que me voltee para ponérmelos en los muslos. Según yo, dicen "La homofobia estuvo aquí" y yo digo "Ah chingá, sólo que ahora la homofobia sean los acostones de una noche", porque que yo recuerde, ningún homofóbico me agarró nunca las piernas. Rosalía me aclara divertida que los sellos dicen "La homofobia está out". Fiuu, menos mal. Qué bonita es la nostalgia, verdá de Dios

Avanzamos. Más vestidasbrillantes-jotitos-mamados-papásconbebés-gordasembutidas-flacosdescamisados-públicoatónito-polecías-oficinistas y ni un carro detrás de nosotros. El chofer de la plataforma seguro fue microbusero de Insurgentes y no le dieron trabajo en el metrobus. Casi nos hace caer en dos ocasiones. Bailamos y bailamos y bailamos. Ojoshermosos sigue al pie de la plataforma, no se separa. Rosalía lo ve y dice "está hermoso" (Rosalía es pedófila, estoy casi seguro). Me agacho a preguntarle su nombre. "Isaac" me responde, con la sonrisa más grande que haya visto durante el día.
- ¿Cuántos años tienes?
- Diecisiete
Seguro mi cara de duda lo dice todo y dice la verdad: "Dieciseis". Zas! Y bien entregado a la marcha.
Más fotos, más baile. La música mejora. Más tribal. Luego tocan a la Trevi y a Flans, pero que un hombre vestido de pirata sexy baile la coreografía no vende. Me aguanto las ganas. ¿Las muestras de apoyo son más grandes este año o las cosas se ven diferentes desde una plataforma?

Llegamos al Zócalo y el río desemboca en un mar de gente. Hay exposición este año, así que no se ocupará toda la plancha para el acto. Nuestra plataforma se estaciona por unos minutos. Siento una mirada y veo a Ojoshermosos a lo lejos. Rosalía y yo le aventamos besos y él corresponde. La plataforma arranca en chingaaaaa para no parar hasta la Colonia Obrera. ¿Aquí va a ser otra de las fiestas y no nos avisaron? ¿Marcelo hará un acto privado para entregarnos unos reconocimientos? Naaa, aquí se guarda el sonido y aquí se rompió una jerga...Llega la camioneta con nuestra ropa de civiles y sha, ámonos. Pero el Gus es bien curioso y decide regresar al Zócalo a ver como termina esto.

Estimados seguidores:

Me echaron a perder mi plan ranchero, porque seguro hubo harto muchachito pidiendo fotos y yo las iba a cobrar de a 20 varo.
Este ramillete de bellezas, por ejemplo, jamás pensó en cobrar. Ellas se brindan al pueblo.

Salgo del metro Pino Suárez y comienza a lloviznar. Veo a algunas vestidas multicolores, caminando aprisa en sentido contrario a mi. La lluvia arrecia y me refugio bajo el techo de unas tiendas. La lluvia está tan tupida que no alcanzo a ver el Zócalo. De pontro, algo me pega en la nariz. La lluvia se ha convertido en granizada y la calle comienza a cubrirse de blanco.

Estimados comensales:

Tradicionalmente el menú del día incluye jotita pasada por agua. En esta ocasión, nuestro bar les ofrece también Daikirí de loca.No hay marcha sin lluvia. Hay dos opciones:
a. Tláloc es el Dios de la Homofobia.
b. Al wey nada más le gusta divertirse todos los años viendo correr a nuestra fauna exótica.

Atravieso la calle para entrar al metro, porque esta lluvia no tiene para cuando y tengo mi cita. La gente está apretujada a la salida del metro. Mi playera está empapada. Me la quito para ponerme mi sudadera seca. Entonces me doy cuenta de mi situación: a mi alrededor hay un corrillo de diez o doce personas que me miran entre divertidas y extrañadas. Y claro: estoy con el torso desnudo y mi tanga asoma por uno de los lados del pantalón. Justo en ese momento, escucho una voz a mis espaldas: "¿Eres uno de los que venía vestido de pirata?" "Sí" contesto sonrojado. "¿Puedo tomarme una foto contigo?" Y la gente sonríe.

Terminó el carnaval. Me apresuro para llegar a tiempo a mi cita. Seguro cerraré un trato. Mañana es día del padre. No veré al mío, pero se merece todas las felicitaciones: crió a un buen chico.


Notas
1.Gracias a Rolo por las fotos, aunque no me haya tomado ninguna por hueva de cruzar la calle.
2. Si quieren una reseña detallada de lo que ocurrió despues, visiten el blog de al lado.