Tengo dedito, no tengo dedito

¡Toy jodido del dedo índice de la mano derecha! Sí, el dedo flamígero, el de apuntar, uno de los más usados para teclear tonterías en los blogs.

Resulta que Kabaí está rebelde desde la semana pasada. En las mañanas, cuando se despierta, en lugar de ir al cuarto de servicio, ha dejado cómodamente algunos recuerditos en la alfombra de la sala. No todos los días, pero varios. He puesto atención y si escucho que rasca, me levanto en chinga a regañarlo.

Esta mañana no fue la excepción y medio dormido todavía lo vi abrir la puerta de la recámara, salir hacia la sala y...sus rasquidos! En chinga me levanté, me vió venir, huyó hacia la cocina, lo agarré, tomé un periódico y di fuerte con él en la alfombra, pero no sonaba. Di más fuerte y sentí un dolor agudo en el dedo índice de la mano derecha. Levanté al perro con la mano izquierda y noté algo raro en mi dedo.

Después de casi aventar a Kabaí en el cuarto de servicio, me di cuenta: mientras el resto de mi dedo apuntaba en ángulo hacia el suelo, la tercera falange apuntaba hacia la ventana. Me dio rabia y lo primero que pensé fue "no voy a ir al doctor otra vez" y como soy bien machín, solito me enderecé el dedo. Sobra decir que el dolor no estuvo padre y me fui a la recámara dando grititos de "ayayay, ayayay!". Bailarín se despertó medio asustado y me ayudó a ponerme hielos y después pomada. Más tarde me ayudó también a entablillarme el dedín y aquí estoy, escribiendo con el índice levantado, como indicándole a los demás dedos donde van quedando en la pantalla las palabras que ellos escriben en el teclado (Odio no poder subir fotos desde el cel pa' que vean como está El veleidoso dedo del destino).
Moraleja: Si estás dormido, despiértate bien antes de agarrarte a putazos con quien sea. Por pequeño que sea, puede hacerte daño en esas condiciones.